martes, 10 de marzo de 2009

BOLIVIA: Morales agudiza la tensión con EE.UU. al expulsar a otro de sus diplomáticos

Las relaciones entre Bolivia y EE.UU. alcanzaron hoy un nuevo punto crítico al anunciar el presidente boliviano, Evo Morales, la expulsión de otro diplomático estadounidense bajo la acusación de conspirar contra su Gobierno. Morales declaró hoy persona "non grata" al secretario segundo de la embajada estadounidense, Francisco Martínez, por actuar, dijo, como "contacto" de los grupos opositores que intentaron el año pasado un "golpe de Estado civil", según el Gobierno boliviano. El anuncio se produce seis meses después de la expulsión del embajador de Estados Unidos en Bolivia, Philip Goldberg, al que Morales acusó igualmente de conspirar contra él, apoyando a sus rivales políticos. Como entonces, Washington rechazó hoy las acusaciones de Morales y tildó de "injustificada" su decisión, que además "contradice las declaraciones recientes del Gobierno de Bolivia que expresaban su deseo de mejorar las relaciones bilaterales", dijo a Efe Andy Laine, un portavoz del Departamento de Estado. El nombre de Francisco Martínez fue mencionado por Morales el 26 de febrero, cuando denunció que la CIA tenía agentes infiltrados en la petrolera estatal YPFB, envuelta en un escándalo de corrupción que ha provocado el encarcelamiento de su presidente, un líder oficialista muy cercano al mandatario. En ese momento, el jefe de Estado de Bolivia pidió explicaciones a la embajada de EE.UU. sobre la identidad y contactos de este funcionario estadounidense de origen mexicano. El ministro de Interior, Alfredo Rada, sostuvo días después que Martínez se reunía con Rodrigo Carrasco, ex capitán de la policía boliviana actualmente acusado de espiar para la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) y de montar una red de corrupción en YPFB. Hoy Morales insistió en que, tras "profundas investigaciones", su Gobierno ha podido saber que el diplomático no solo tenía relación "permanente" con sus opositores, sino que contactaba con ex agentes del Centro de Operaciones Especiales de la Policía boliviana. Por este motivo, encomendó a su canciller, David Choquehuanca, comunicar a la embajada de EE.UU. su decisión de represaliar a Martínez en aras de "la dignidad de los bolivianos y para acabar con la corrupción externa". Las relaciones entre ambos países se han caracterizado por la tensión permanente durante el Gobierno de Morales, que se define como "anti-imperialista", si bien se agravaron en septiembre de 2008 con la expulsión del embajador Goldberg. En esas fechas, Morales decidió también prohibir las actividades de la DEA, la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, en Bolivia. En respuesta, Washington también declaró persona non grata al embajador boliviano Gustavo Guzmán y suspendió a Bolivia los beneficios arancelarios que concede a los países andinos por sus esfuerzos contra el narcotráfico. Con la llegada de Barack Obama a la Presidencia de Estados Unidos, tanto Morales como los miembros de su Gobierno expresaron su deseo de poder mejorar las relaciones bilaterales con la nueva Administración. El mandatario boliviano se ha mostrado incluso confiado en poder negociar con el nuevo jefe de la Casa Blanca el asunto de la supresión de los beneficios arancelarios del programa llamado ATPDEA, retirados, a su juicio, por una "venganza política" de George W. Bush. Pese a los buenos deseos, las críticas del Gobierno boliviano a EE.UU. se han intensificado últimamente por asuntos como el informe anual sobre drogas de Washington, que cuestiona la política del país andino sobre los cultivos de coca, o las supuestas actividades de la CIA en su país.

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